Así que otra semana más, mejor dicho una semana menos.
Un poco más cerca de mis necesarias vacaciones.
Estas últimas semanas han estado caracterizadas por
muy poco sueño, cosa que tiene un poco resentido y engreído a mi cuerpo, quien
no acaba de entender que por más cansado que esté quedan muchas cosas por
hacer. Debido a esto, mi cerebro me ha estado aplicando distintas jugadas para prevenirme trabajar. En otras palabras
se han agudizado y perfeccionado mis habilidades de postergación. Ha sido todo
un atrevido, desde no escuchar alarmas hasta inventarse toda una táctica de
limpieza del hogar. Debo admitirlo, mis habilidades de creación de excusas para
no estudiar han crecido. Ahora mismo lo que quisiera es dormir, dormir, dormir,
dormir y dormir.
Mi rostro posee un nuevo atuendo. Es profundo y a
veces se encuentra ennegrecido. Mientras menos duermo, más acentuado se hace y por
más que quisiera no me luce ni me ayuda en clase. Lo más triste de todo es que
me costó muchísimo y aun hoy me sigue costando, su precio no se recupera y por más
llamativa que parezca su descripción no hay mujer que quiera poseer dicho
atuendo en ninguna parte de su ser. Si, mi nuevo atuendo es un lindo par de
ojeras que en los peores días se reviste con oscuro charol para no pasar
desapercibido. Su precio han sido las noches en vela, aun sabiendo que el sueño
no se recupera.
Así es la vida universitaria, inviertes sueño, trabajo
arduo y todo tu empeño por forjar un futuro en el cual recuperas todas las
noches en vela y en el cual es apreciado tu esfuerzo. Creo fielmente que mi
esfuerzo valdrá la pena, por lo cual debo vencerle a mi cuerpo la batalla de la
vagancia y postergación excesiva.
Me retiro, libros esperan mi llegada, aplauden mi esfuerzo y compartirán conmigo esta velada en apoyo al éxito académico. Animo, ánimo, ánimo XD
hahahahahah.!
ReplyDeleteque buen post!
ReplyDeleteGracias! :) Es la cruda verdad haha
Delete