Las primeras clases de Biología I pueden llegar a ser muy aterradoras. Los pequeñines, ya crecidos, se enfrentan a un nuevo mundo del cual desconocían aun cuando formaban parte del, el mundo de las células. Además de aprenderse la composición de las células se enfrentan a conocer los procesos biológicos de estas, la formación de proteínas, la respiración celular y la glucolisis. Tras varias cátedras de células comienzan las presentaciones de los distintos sistemas del cuerpo humano y animal, sin olvidar por supuesto las plantas y la fotosíntesis.
El reto del tercer trimestre se encuentra en aprender a balancear el tiempo. Además de la Biología I los ya crecidos pequeñines, quienes apenas aún están aprendiendo a hablar el lenguaje del médico adulto, se encuentran con la primera de las aproximadamente 7 Químicas de su carrera, con la hermosa materia de Metodología de la Investigación en salud (materia clave para realizar un buen trabajo investigativo para el BioINTEC) y la enredada Bioestadística I.
Hay quienes logran sobrepasar todos los retos de ese trimestre. Hay quienes no logran superar el reto de la Química I. Tristemente quienes no logran hacerlo, como yo, se enfrentan al primer atraso de su carrera y chocan con la dura realidad de encontrarse fuera de PENSUM.
El quinto trimestre es conocido como el triángulo de las Bermudas en medicina. Es como un limbo entre ser nadie y ser gente. Estar en el quinto es como tener 20, eres lo suficientemente grande para ya dejar de ser considerado un teenager, pero lo suficientemente menor de edad como para comprar una casa. ¿Se entiende la alegoría? Ya no estas en Biología, por lo cual regresas a tomar materias con ingenieros, quienes duran las primeras 2 semanas de clase preguntándote en repetidas ocasiones "qué estudias" y diciéndote constantemente que "no tienes cara de medico".
Digamos que el terror del quinto es la Física 2. Luego de pasar por las manos de un pésimo profesor de Física 1, con quien solo aprendiste que Juanito y Juanita estaban en una yola en el medio del mar, mientras Juanita descubría por el celular de Juanito que este le había montado los cuernos y de estar juntos en el centro de la yola se van a los extremos... Creo que es lógico que luego de esto física 2 sea un terror. Así que en dicho trimestre, regresamos al frente de batalla. Entre los muertos en batalla esta vez... de nuevo me encontraba yo.
Cuando llegas a tu sexto trimestre y estas atrasada, como yo, empiezas a darte cuenta de cosas que te hacen repudiar ser un estudiante de medicina. Esto es la primera cosa y espero que sea la última y única cosa que no me agrada de estudiar medicina.
Debido a que la universidad en la que estudio es a base de trimestres, contamos con 4 periodos anuales en los cuales se reciben estudiantes. El grosor de los estudiantes de nuevo ingreso entran en el periodo agosto-octubre, seguido por los estudiantes de noviembre-enero. Debido a esto os estudiantes que entran en el periodo de noviembre se encuentran fuera de ciclo. Sucede y acontece que cuando una persona del trimestre agosto-octubre retira una materia y se atrasa (como yo) le toca compartir materias con los estudiantes que se encuentran fuera de ciclo, que en cierta manera están atrasados también, mas parece que nadie se los ha dejado saber.
Y entonces ahí sucede... al ser estudiante repitente de una materia los pequeñines te miran como si tuvieras una enfermedad altamente letal y contagiosa. Entras al curso con tu cabeza en alto, te diriges a tomar un asiento en las primeras filas del curso y te miran y se alejan de ti como si tuvieras el letal virus del ébola. Creo que ese tipo de reacción se debe al alto nivel de competencia y bajo nivel de hermandad y compañerismo en la carrera de medicina.
Y es en el sexto donde despiertas a la realidad de que tus compañeros, esos que entraron contigo y que aun siguen a PENSUM entrarán al ciclo de ciencias básicas mientras tu aun te encuentras atascada en pre-médica. Realidades y más realidades... Mientras aun luchas con dicha realidad te encuentras batallando con la carga académica de dicho trimestre. Dios bendiga la orgánica y la físca 2.
Luego de despertar a tus realidades, mientras luchas y aprendes a batallar y ganar, lo único que queda es confiar y no perder la esperanza el objetivo. No es correr a la meta, es saber llegar. PEACE!
Hasta la próxima.
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