Luego de 3 semanas de clase, las cuales han estado
ocupadísimas por cierto, las anécdotas universitarias se han ido acumulando. La
locura característica de mis trimestres anteriores disminuyó en manera
preocupante por 2 semanas y aun así no había contado con el tiempo de darle un
poco de cariño al blog.
Ahora mismo se supone que esté realizando parte de los
79 ejercicios que me asignaron de lunes para lunes de Química pero siendo
honesta llevo rato postergando y creo que un poco más de postergación no me
hace ningún mal. Hoy fui sorprendida por la hermosa noticia de que mi parcial
de Química II ya no será el lunes, lo que significa que no moriré en el
intento, woohoo!
La semana pasada me sucedió algo que tengo el deseo de
mencionar porque en realidad merece mención. Siendo específica fue el viernes
en la tarde cuando me disponía a tomar el laboratorio de Química en el horario
anterior al mío. Entré al laboratorio a conversar con la profesora para que me
diera la oportunidad (la cual fue aprobada peeero fui demasiado lenta en
tomar), cuando iba saliendo me encontré con una de las compañeras de mi promoción
de MED. Siendo muy honesta solo sabía su nombre y en realidad solo había compartido
con ella en el periodo de almuerzo del día de la exposición del BioINTEC, aun así
desde entonces me ha parecido una persona muy alegre y por ende me cae bien.
Haciendo el cuento largo corto, luego de saludarla me hizo la pregunta que
menos esperaba. Me preguntó: “¿Has escrito algo nuevo en el blog? Cada vez que
subes los links al grupo los leo”, debo decir que su pregunta me hizo el día, creo
que me hizo la semana entera y cuidado si me hizo el trimestre. Sabes quién
eres, muchas gracias :’)
Otra cosa que merece mención sucedió a fines de la
semana pasada y al inicio de esta, fueron varios encuentros por casualidad que
tuve con un curioso grupo de ingenieros. Como saben los ingenieros para mí son
un tema de discusión, algunos son graciosos, otros me molestan pero en general
algo tiene que pasar a diario con alguno de ellos porque si no el día se siente
incompleto.
Lo que sucedió fue que uno de mis profesores tuvo un
accidente automovilístico el cual le impidió asistir a darnos clase por 2
semanas, mi mejor amiga y yo, como estudiantes fieles que somos asistimos al
curso por si existía la casualidad de que el profesor asistiera. En una de esas
visitas de fe que le hicimos al aula nos topamos con un grupo de ingenieros
civiles a término que entraron al curso a hacer tareas. Debo admitir que su alegría
excesiva (quizás por el hecho de que les falta poco para terminar la carrera),
alegró la tarde lluviosa que se posaba sobre el triste hecho de otra semana sin
clases. Bueno ese día mi amiga y yo nos fuimos del aula con la esperanza rota… ¡JA!
Dejemos el drama, estábamos triste por perder la clase pero no es que nos echamos
a morir, creo que nos daba más tristeza el pensar en la gravedad del profesor (según
las malas lenguas el profesor se había roto un brazo y tenía 50 puntos, solo
los puntos eran reales, poor guy!). Sucede que este lunes (o martes, ni idea) me
encontraba nerdeando en la biblioteca cuando me doy cuenta de que el mismo
grupo de ingenieros se encontraban en la mesa trasera. ¿Cómo me di cuenta? Fácil,
uno de ellos no paraba de lanzarme bolitas de papel. ¿La razón? Puede que el
aburrimiento mezclado con el hecho de que quería saber mi nombre. Señores debo
decir que fue un gusto conocerlos, me alegraron 2 tardes, son los mejores.
Bueno ya, he invertido mucho tiempo en la escritura el
resto de mi semana lo dejo para otro día, ¡de regreso a la Química! PEACE♥
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